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Tiempo y marcador: esta combinación de palabras, en mi caso particular, no se utiliza para saber como va un determinado partido de fútbol u otra competición deportiva. En el mundo de las empresas, medir y saber “como nos van las cosas” en un momento determinado nos permite conocer si las operaciones van por buen camino o han aparecido desviaciones, para luego detectar los motivos y mejorar para que no vuelvan a ocurrir.

Y es cierto que, ahora mismo, visualizando la enorme cantidad de cosas que están pasando en el mundo en tiempo real, podríamos afirmar que estamos viviendo, sin duda, un cambio global de ciclo tanto en lo económico como en lo social que va a suponer un gran desafío para todos.

Entorno empresarial: factores externos a la empresa

Parece que no nos damos cuenta que hemos pasado de tener la medición diaria de la evolución de COVID en España y en todo el mundo, con todo tipo de datos sobre ocupación de UCI’s, fallecimientos, nuevos contagios, nuevas olas o el riesgo de colapso del sistema sanitario, a una nueva situación donde la sociedad en su conjunto y los medios de comunicación han desplazado el foco de atención a otros temas. Sigue habiendo muchos contagios, pero, gracias a las vacunas el nivel de riesgo se ha reducido de manera increíble.

La humanidad ha logrado doblegar la pandemia más importante del último siglo y eso es digno de reconocimiento y satisfacción. Se han salvado centenares de miles de vidas en España y muchos millones en todo el mundo gracias a la unidad de acción de muchos países tanto con los protocolos, vacunación, investigación y atención de los servicios sanitarios. Gracias de nuevo a todos ellos y especialmente al personal (médicos, enfermeras, auxiliares, ambulancias, e investigadores), que son los auténticos héroes de esta dramática vivencia.

Factores que afectan la macroeconomía

Aunque parece que no nos ha dado tiempo a disfrutar de esa “vuelta a la normalidad” por la concatenación de nuevos retos y obstáculos que han aparecido en los últimos 6 meses. Los problemas de suministros y de tipo logístico, la inconcebible subida exponencial de la energía, la reaparición del concepto inflación en nuestras vidas, la invasión rusa en Ucrania, la subida de los tipos de interés o el incremento de la deuda de los países son casi todos elementos de los que estudiamos en la Universidad los que elegimos economía y empresa.

Son conceptos que afectan en el ámbito de la macroeconomía y que, lógicamente, impactan hacia abajo en la microeconomía, afectando tanto a las empresas como a los organismos públicos y también a las familias y la sociedad en su conjunto.

Importancia de la digitalización

No voy a hablar hoy de cada uno de ellos (ya hice referencia en los artículos relacionados con el Entorno “amenazas y oportunidades”) pero si les voy a hablar de lo que interpreto que van a ser las consecuencias.
En primer lugar, soy de los que piensan que lo que hemos vivido y denominado durante unos 25 años, la globalización, ha terminado. Y me explico.

Claro que seguimos y seguiremos viviendo en un mundo donde “todo” está más cerca, donde la digitalización permite tener información en tiempo real sobre lo que pasa en el mundo y donde las operaciones se pueden realizar con enorme rapidez. Lo que ha cambiado radicalmente es “la foto”.

Aspectos negativos

Esa foto donde el centro de producción mundial se habrá centrado en China por motivos de bajos costes salariales, bajos costes de transportes y logística y rapidez en la distribución de los mismos. Esto, a lo que nos hemos acostumbrado durante tantos años, se acabó. Ninguna de esas tres variables que hacían viable ese paradigma existen hoy, ni van a volver.

Esto supone en el corto plazo un “lío” porque hasta que los mercados y las empresas reaccionen y se implanten las soluciones estamos pasando un cuello de botella donde no llegan determinadas materias primas o productos finales a los mercados, afectando tanto a los consumidores finales como a los fabricantes y su propia producción.

Aspectos positivos

La parte muy positiva de esto es que los países (y la propia Unión Europea) van a decidir no depender “absolutamente” de las importaciones y por lo tanto se van a generar en Europa enormes inversiones industriales para incrementar la capacidad productiva en un radio de acción mucho más cercano. Esto generará mucha más actividad industrial y sobre todo implicará la creación de muchos nuevos puestos de trabajo. El icono de la “fabrica del mundo” se desmorona a gran velocidad y ese semi monopolio va a dejar de existir.

Por otro lado, en el ámbito energético lo que está pasando va a significar un incremento de la velocidad de implantación de las energías renovables. La drástica subida de precios unida a la invasión rusa de Ucrania es un cocktail del que Europa va a sacar una clara conclusión.

La dependencia casi total de la energía importada es una enorme debilidad, y si además le metemos el importante ingrediente de los compromisos contra el cambio climático, es lógico interpretar que los plazos para la reducción del CO2 se van a recortar de manera radical. Eso será muy bueno para la sociedad, para el planeta y para el mundo … pero mientras este nuevo cambio de paradigma ocurre, tenemos que afrontar el día a día con convicción y visión interior positiva.

De cara al futuro

España será a futuro, sorprendentemente, un país que exportará energía a Europa y tendrá una importante fuente de ingresos gracias a las energías renovables. Una fuente inagotable, limpia y eficiente. Somos el país con más horas de sol al año en Europa y vamos más adelantados que los demás países de la Unión Europea en la implantación de renovables, aunque todavía su peso específico sea de menor calado.

Por último, la invasión rusa de Ucrania está suponiendo una unidad de acción en la Unión Europea que no se había visto hasta la llegada de la pandemia, y eso significa un potencial y una fortaleza para el futuro de enorme trascendencia. La pasividad de China está suponiendo un refuerzo en el liderazgo de USA a través de la OTAN donde la Unión Europea se está convirtiendo en un actor que pasa de secundario a casi actor principal, con el permiso de Biden. La fortaleza de la Unión Europea que hasta hace poco era casi inexistente está apareciendo poco a poco. Esperemos que se consolide porque en la Unión está la fuerza.

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