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La apertura a los mercados exteriores puede venir, en primer lugar, como consecuencia de un proceso de planificación estratégica para diversificar mercados. El otro caso es el derivado de grandes dificultades en el mercado natural donde las empresas operan, lo que las lleva a tener que afrontar la salida al exterior de forma no planificada. En esta entrada al blog os hablaremos de la internacionalización y por qué fue tan importante para nosotros. 

Internacionalización, ¿en qué consiste?

No es lo mismo internacionalizarse que exportar. La internacionalización supone la creación de una compañía en ese mercado objetivo bajo las leyes de ese país, con personal local o expatriado para llevar adelante el día a día en un lugar donde las costumbres, la cultura, la forma de hacer negocios suelen ser del todo diferentes a lo que estamos acostumbrados en nuestro país. Dar por hecho que en los mercados exteriores las cosas son “como en nuestro país” es uno de los típicos errores evitables, que muchas empresas cometen al afrontar este desafío.

En el caso particular de la familia Peláez, a través de la que fue durante 52 años nuestra empresa familiar, ECISA Compañía General de Construcciones, ocurrió de manera sobrevenida. La drástica caída del mercado de la construcción privada en el año 2008 supuso la mayor crisis del sector, tanto por su intensidad como por su larguísima duración (2008-2016). El periodo del boom de la construcción del 2002 al 2007 fue un periodo de mucho crecimiento en el sector sustentado más en bases especulativas relacionadas con la facilidad para acceder al crédito, que todos sabemos las consecuencias que acarrearon. 

Quizás por ello, anticipamos nuestros movimientos de cara al exterior un año antes de que estallara la crisis financiera mundial. Parecía claro que no podía ser sostenible un sector con esas cuotas de crecimiento y que antes o después llegarán las vacas flacas. Nunca, y digo nunca imaginamos que el impacto fuera a ser tan brutal como para destruir más del 60% de las empresas constructoras del país y casi el 70% del empleo. Por lo tanto, tuvimos casi un año para prepararnos e intentar elegir el mercado más interesante para nosotros según nuestra especialización y trayectoria. La pregunta que hay que hacerse es ¿en qué mercado la empresa puede aportar más valor? 

A lo largo de mis 13 años de experiencia internacional me he encontrado en la mayoría de los casos que las empresas han decidido implantarse en otros países, más llevados por la sencillez para implantarse (por ejemplo Latinoamérica, por el idioma y legislación más o menos similar), o por algún contacto comercial de dudosa credibilidad que por el que debería de ser el más importante, que es el potencial del mercado, el análisis de la competencia y si derivado de nuestro expertise nos podremos hacer un hueco para desarrollar un negocio a largo plazo en el país elegido.

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Internacionalización de la empresa familiar 

En nuestro caso, y después de visitar países como Argelia, Marruecos, Libia, Qatar, Dubái o Bahréin, decidimos implantarnos en Qatar. Los principales motivos fueron que era un país estable, con una enorme riqueza económica, que tenía un plan de transformación billonario y donde nuestra especialización, la edificación de torres en altura, iba a ser un elemento clave en el desarrollo del país. Con ello, aunamos nuestro mayor potencial constructivo en un país donde estaba casi todo por hacer, mientras que en otros países limítrofes como Dubái ya se empezaban a visualizar signos de agotamiento.

Teníamos por tanto seleccionado el mercado de mayor potencial para el futuro de la Compañía, y lo que nos faltaba por definir, eran las personas clave para llevar adelante ese reto. 

Fue entonces, cuando tomamos una decisión que el tiempo nos demostró ser muy acertada, que fue que a internacional tienen que ir los mejores. De modo que seleccionamos un grupo de cinco directivos y técnicos altamente cualificados para que fueran la piedra angular de nuestro aterrizaje y posterior consolidación en Qatar.

Esto nos permitió que, a pesar de las enormes dificultades para darse a conocer y para lograr la confianza de conseguir los primeros proyectos a construir allí, lográramos concluir con gran éxito la ejecución de varios proyectos como la Academia Militar de la oficina privada del Emir (Private Engineering Office) o dos centros de Datos para Qatar Foundation (MV2 y MV3) con enorme éxito por un volumen global de 150 millones de euros.

La enorme credibilidad de esos dos clientes en el país, unida a la gran calidad de los trabajos realizados y el cumplimiento de los plazos (período 2008-2011) supuso poner a la empresa en un nivel de cumplimiento y calidad deseado posteriormente por clientes principalmente del ámbito hotelero, y fue a partir de ahí donde pudimos empezar a contratar y ejecutar torres en altura que, como hemos comentado, eran el mayor nivel de valor añadido y especialización de la empresa.

Me parece oportuno resaltar que, en 2007 cuando tuvimos que analizar los mercados potenciales donde implantarnos, tan solo siete personas en la empresa hablaban inglés de manera fluida. Fue también muy oportuno convocar al cuadro principal de directivos y técnicos  cualificados para transmitirles la importancia del mundo internacional para el futuro de la empresa y el mantenimiento de sus puestos de trabajo, ampliando su cualificación y conseguir que más de cincuenta compañeros, hicieran un esfuerzo personal para aprender el idioma con vistas a ser “expatriables” (desplazados a internacional). 

En dos o tres años, la mayoría de ellos dominaban el inglés o el francés y todos ellos trabajaron en internacional durante períodos de entre cuatro y siete años. En muchos de los casos, estas personas crecieron profesionalmente ya que, siendo muy notables en su especialización, con el salto internacional, tuvieron que afrontar nuevas responsabilidades y nuevos retos distintos a los habituales. Es decir, otro de los aciertos en el despliegue internacional fue apoyar y desarrollar el talento interno como elemento clave para garantizar el cumplimiento de los objetivos.

No se puede aspirar a tener éxito en internacional, si no es principalmente con el talento “de la casa”, ya que ellos, hombres y mujeres se convertían en los principales embajadores de la empresa en esos mercados y a su vez, en los defensores de la cultura empresarial de la compañía en los distintos mercados en donde operamos. 

Es una mala idea otorgar la máxima responsabilidad de un reto de este tipo, a perfiles recién incorporados o sin una trayectoria profesional y honrada en la empresa a lo largo de los años.

Ahora ya conocéis un poquito más sbre nuestra historia y nuestra trayectoria empresarial. En Peláez Consulting estamos para asesorarte y ayudarte durante todo el camino. Si necesitas más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. 

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Uno de los aprendizajes más importantes en mi experiencia personal internacional, es el rol de la familia propietaria de la compañía. Los motivos son variados, y los voy a desglosar con cierto grado de detalle. 

Liderazgo de la propiedad

En primer lugar, si el liderazgo de la propiedad tanto a nivel corporativo, Consejos de Administración, y muchas veces también a nivel de gestión, alta dirección, es importante en el día a día de la empresa en su entorno habitual, nos podemos hacer una idea de que, en el ámbito internacional pasa a ser absolutamente indispensable

Empuje, ilusión y confianza

En segundo lugar, recordemos que en esos países destino no conocen nuestra empresa, y, por lo tanto, es necesario el empuje, la ilusión y la confianza que genera la propiedad en todo el ámbito de los stakeholders (grupos de interés).

No se puede aspirar a que nuestros directivos consigan determinados éxitos en internacional, estando la familia cómodamente asentada en su lugar de origen. Tengámoslo claro, eso es una quimera, si la propiedad no demuestra implicación, interés, esfuerzo y ejemplo para su organización, las probabilidades de fracaso crecen exponencialmente.

La familia debe demostrar que ese reto internacional, es importante para el futuro de la compañía, y se lo debe demostrar a su gente y al mercado donde queremos prosperar y consolidarnos.

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La conquista de la confianza de los clientes

En tercer lugar, si queremos conseguir conquistar la confianza de los clientes, nadie mejor que los dueños de la empresa para tratar de tú a tú con el cliente y destacar las virtudes de nuestra empresa, y la implicación personal de que, si algo falla, aquí tienes mi teléfono personal para que estando en mi país o en el tuyo, te pueda atender y dar una solución en tiempo real. Tengamos claro que eso, por muy buenos directivos que tengamos, esa labor es indelegable.

No actuar de este modo desde el principio puede suponer retrasos o dilaciones muy importantes de cara al cumplimiento de los objetivos y eso, lógicamente genera un coste de oportunidad muy elevado. 

Importancia de las relaciones institucionales

El cuarto motivo, considero que son las relaciones institucionales. Resaltar la importancia que tienen las Embajadas de España en el mundo y recomendar la cercanía con ellos y si es posible con el propio embajador. En muchas ocasiones, los clientes le preguntan directamente al embajador sobre la credibilidad o trayectoria de nuestra empresa. Para los clientes, su palabra es la prueba del algodón, y por lo tanto, que conozcan nuestra empresa, nuestros planes en el país y nuestra apuesta firme por desarrollarnos en ese mercado, es un punto clave.

También para temas no comerciales sino de tipo diplomáticos, visados y coordinación de todo el personal expatriado, tener la Embajada con las puertas abiertas da mucho confort a nuestros empleados que trabajan a miles de kilómetros de sus casas. La Embajada viene a ser de alguna manera la conexión con nuestra tierra y, casi de algún modo son lo más parecido a una familia.

En mi caso particular, tuve el honor de conocer tres embajadores españoles en Qatar y derivado de esa buena relación, me tocó atender personalmente a docenas de empresas españolas de distintos sectores, interesadas en implantarse en ese país. Eso me permitió visualizar de partida cuál era la forma en la que esas empresas tenían previsto hacer su aterrizaje y, por lo tanto, casi desde el principio se podía intuir si tendrían éxito o no.

Alianzas

El quinto motivo, es el relacionado con las alianzas. Si llegamos a un mercado distante con algo interesante que aportar, es lógico pensar que vaya a haber empresas locales que se podrían considerar competencia, que sin embargo, son potenciales aliados para afrontar proyectos conjuntamente. Empresas muy arraigadas con determinados clientes, es decir, con la confianza de la que de partida no disponemos, pueden ser nuestro mejor embajador para nosotros ante ese cliente. Si tenemos algo que ellos no tienen, pero que necesitan para poder optar a un determinado contrato, la alianza temporal puede estar servida, ya que nunca pensarán que por afrontar un proyecto ellos vayan a perder su posición.

Esa labor puede ser desarrollada por nuestros directivos, pero desde luego, nada como un miembro de la familia propietaria para generar esa confianza y alineación estratégica con ese potencial aliado. Este tipo de acuerdos se conoce en el mundo internacional, bajo la palabra joint ventures. 

Importancia del networking

El sexto motivo, me parece especialmente relevante y es el relacionado con el Networking. Conocer de primera mano las peculiaridades del país, los entresijos de cómo se mueven las cosas, la forma local de hacer negocios y sobre todo lo que nunca hay que hacer, son elementos de una enorme importancia para la consolidación y sostenibilidad de nuestra empresa en ese mercado. Ese conocimiento es crítico para poder tomar las decisiones más acertadas a nivel estratégico y a nivel operativo. Conocer eso en primera persona, y no por lo que nos cuentan de su experiencia personal nuestros directivos expatriados, puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

En mi caso particular, la estrecha relación con un arquitecto mexicano, diseñador de importantes proyectos para la familia real, fue sin duda de enorme trascendencia ya que derivado de ello, por un lado, aprendí cómo funcionaba el país y cuáles eran sus prioridades y por otro lado, me puso en contacto con personas muy bien relacionadas que luego, tras diversos encuentros y una vez generada la confianza personal, derivaron en nuevos proyectos para nuestra empresa, como el Waldorf Astoria de Doha.

El personal de la empresa

El séptimo y último punto, es el relacionado con nuestro personal tanto expatriado como local. Nuestros compañeros desplazados en algunos casos, habiendo trasladado a sus parejas e hijos, y en otros en la soledad total, pasaron fechas señaladas como las Navidades, por ejemplo, echando de menos a sus familiares y amigos. Sumarse a ellos en esos momentos, y vivir esas mismas carencias, es una demostración de gratitud y de poner en valor ese esfuerzo. Por otro lado, las incidencias que ocurren en las familias se viven de forma mucho más dramática que las que ocurren en nuestro país, y estar cerca de ellos en momentos duros, no tiene precio para ellos.

Para los empleados locales, viene muy bien el famoso dicho español “el ojo del amo engorda el caballo”, ya que ver a los miembros de la familia propietaria, les hace sentir que el mercado es importante para la empresa y que ellos juegan un papel relevante en esa ecuación. Eso genera un sentimiento de pertenencia muy necesario ya que el papel de los empleados locales es insustituible.

En Peláez Consulting estamos para ayudarte, si necesitas más información y tienes cualquier duda, llámanos. Estaremos encantados de atenderte. 
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